domingo, 18 de octubre de 2009

nada que decir, mucho que escribir

Como esta será mi primera publicación, no sean crueles conmigo, me basta con mi autoexigencia que ha impedido la salida a luz de varias creaciones, no sé si muy creativas... en fin.

Hasta hace un tiempo atrás, me oponía a la "solidarización con el género", por encontrar que muchas minas muy barsuditas escondían la bruja de mierda detrás de un velo de feminismo mal fundamentado. Pero me he tropezado con muchos hombres harto pelotudos que tienden a dos cosas que odio demasiado: 1.- generalizan, 2.- desmerecen. Así que los tomaré de excusa para escribir lo que se me venga en gana, sin mucho análisis, esto será una güitriadera de pensamientos.

Con respecto al primer punto: No todas las minas nos enamoramos del primer hueón con el que una se acuesta. No todas las minas soñamos con una familia. No todas las minas buscamos hombres con auto. No todas las minas nos aprovechamos de nuestra condición femenina. No a todas las minas les gustan los minos. No todas las minas demostramos lo que sentimos. No todas las minas buscamos alguien que nos proteja. No todas las minas pretendemos gustarle a todo el mundo. No todas las minas quieren ser minas. No todas las minas le damos importancia a la tontera esa del los roles sociales y blabla.

Con respecto al segundo: No mucho, simplemente creo que nada es tan malo o tan inútil o tan insignificante como para ser soslayado.

Creo, queridísimos machos, que tras tanto prejuicio hay una oscura verdad, que no voy a intentar develar yo, pues sé que mis elucubraciones terminan en retorcidas imágenes que a los sensibles no les gusta escuchar (lo más light que se me ocurre es una versión hardcore del sindrome de Edipo). Pero sí voy a develar lo siguiente: sabemos que muchos de ustedes mienten, ocultan, engañan, manipulan y un gran etcétera; nosotras (sí, voy a generalizar, nunca te has pisado la cola?) también lo hacemos, pero sabemos el cuándo lo hacen y el por qué. Porque voy a deciros algo de lo que me siento poco menos que orgullosa: esa cuestión de la intuición en la mujer no es más que un elemento que se perdió con la evolución. Quién la necesita, si no hay mayores secretos en el propio actuar humano. Estímulo & respuesta.

No trato de dejar el género femenino en alto, sería ambicioso para mí. Tampoco trato de barrer el piso con los hombres, porque me agradan mucho, la mayoría de ustedes, de verdad. A lo único que aspiro es tratar de terminar con la, no sé, "discusión" que se forma, que es una gran cagada, hay cosas mejores a las cuales acudir para odiar y maltratar. Busquémos un real enemigo, escupámosle la cara, caguémonos en él. Pero no entre los genéricos Hombre v/s Mujer. Es fome, no latoso, ni penoso, es, en su sentido lato, fome.

7 comentarios:

  1. Una entrada fuerte y para reflexionar ¿tan patanetes somos :( ? es bueno conocer distintos puntos de vista del género en contraposición. ¡saludos!..

    ResponderEliminar
  2. ¡¡¡mis disaster!! te apoyo para que vuelvas a abrir tu alma, ya tienes a un visitante frecuente ;) ¡saludos!...

    ResponderEliminar
  3. Buena entrada al mundillo visceral de las letras....no puedo menos que sentirme identificada con la especimen descrita.....somos raritas o muy pocas en esta vida?....Saludos, esperando otro guitradearo de letras....

    ResponderEliminar
  4. Patanazos son pues, Don Gabriel. Lo bueno es que no todos son asì, lo lamentable es que su gran mayorìa, sì.

    Isabelland, ambas cosas. Pocas pero locas.

    ResponderEliminar
  5. hay de todo en la viña del señor...
    patanes y locas, tontos y tonatas
    cuanta culpa tenemos de que existan esos hombres??? cuntas veces creemos en sus palabras y no aprendemosde nuestros herrores??

    ResponderEliminar